Resumen:
Las prácticas agrícolas inadecuadas pueden ocasionar deterioros ambientales, no sólo afectando las condiciones fisicoquímicas del suelo, sino también la economía del agricultor. En las parcelas experimentales de tratamientos sustentables a largo plazo del CIMMYT Chiapas, las prácticas de agricultura de conservación (AC) pueden incluir cero o mínimo movimiento y perturbación del suelo, retención de residuos como cobertura y la rotación de cultivos (Govaerts et al., 2009b, FAO, 2012). Estas prácticas han demostrado beneficios considerables en rendimientos de cosecha y disminución de los costos de producción comparada con técnicas tradicionales de agricultura en México, las cuales se basan en labores de labranza intensiva. Debido que la agricultura contribuye a la emisión de gases de efecto invernadero, el objetivo de este estudio fue el análisis de la emisión de gases de efecto invernadero en suelos sometidos a prácticas de agricultura de conservación y convencional en dos sistemas sustentables a lo largo plazo. Los tratamientos analizados fueron: Agricultura Tradicional con y sin adición de rastrojo (AT+R, AT-R) y Agricultura de Conservación igualmente con y sin rastrojo (AC+R, AC-R) comparados con un suelo control (Año 0). Los suelos provenientes de cada tratamiento fueron muestreados y caracterizados fisicoquímicamente. Posteriormente, se determinaron las dinámicas de amonio (NH4+), nitrito (NO2−) y nitrato (NO3−) mediante una incubación aerobia de 56 días. En una segunda incubación se evaluaron las emisiones de dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxido nitroso (N2O) durante 7 días. En este estudio en suelos del estado de Chiapas el sistema de Agricultura de Conservación (AC) ésta no presentó ningún efecto sobre la concentración de NH4+ y NO2-comparado con el sistema de Agricultura Tradicional (AT); el NO3- fue afectado significativamente por las actividades propias de cada uno de los sistemas de manejo analizados. Finalmente se demostró que prácticas de la agricultura de conservación como la mínima o cero labranza ejercen un efecto positivo sobre las emisiones de CO2 y N2O.