Resumen:
De auténticamente espectacular podríamos considerar la evolución de la tecnología en los últimos años en el campo de los cultivos forzados o en invernaderos, pero no obstante, y a pesar de la expansión en progresión geométrica; habría que hacerse una reflexión inmediata: ¿en cuántos invernaderos existe en realidad un equipamiento técnico y un seguimiento exhaustivo de los resultados por parte del personal cualificado? Es cierto de que existen explotaciones, minoritarias por el momento, en las que los caudales de aportación por riego, dosis de abonado, control de temperaturas y humedad, etc., son analizadas, cuantificadas y cambiadas según el desarrollo del cultivo. Otras, por desgracia vienen funcionando por “intuición” del personal. Para hacer uso de las nuevas tecnologías debemos luchar contra esa “intuición” y equipar y automatizar al invernadero de forma racional.
Lógicamente, y amparándonos en las nuevas tecnologías y en las materias cursadas, todos estos sistemas estarán automatizados y controlados, así como deberán entrar en funcionamiento cuando la planta y los medios ambientales lo exijan.
