Resumen:
En México el desarrollo de energías alternas ha avanzado considerablemente en la última
década. Esto se debe a la alta demanda de recursos energéticos. Entre los años 2005 y
2015 la energía eólica ha presentado la mayor expansión en capacidad instalada con
crecimiento de un 104.7% de forma anual, que aunque la capacidad sea menor que la de
las centrales hidroeléctricas, éstas tienen un ritmo de crecimiento más lento siendo sólo del
1.7%. (SENER, 2016)
Según el consejo regulador de la energía, para el 2011 había en México 3,175.3 MW de
capacidad autorizada, lo que es equivalente a 11,105 GWh/año de energía autorizada. De
acuerdo al estudio sobre el potencial eólico en México, llevado a cabo por PwC (una
reconocida firma de consultoría a nivel mundial) en colaboración con la Asociación
Mexicana de Energía Eólica (AMDEE), México cuenta con un potencial eólico superior a los
50 GW con factores de planta superiores al 20%. (SENER, 2012)
La región de Oaxaca presenta localizaciones con gran potencial para el desarrollo del
recurso eólico. Reflejo de este potencial son los cerca de 2,500 MW en operación. No
obstante ésta no es la única región del país con alto potencial eólico, los estados del norte,
así como San Luis Potosí o Chiapas contabilizan ya una potencia en operación y en
construcción de más de 1,000 MW adicionales, asociado a la evolución tecnológica del
sector y a la búsqueda continua de nuevos emplazamientos con potencial. (INER, 2013)
Las aspas de un aerogenerador son el segundo componente más costoso después de la
torre (con cimentación). El costo aproximado de un set de 3 aspas (50m) para grandes
aerogeneradores de hasta 100m de altura oscila en $445,780 mil USD, es decir; para un
parque eólico medio de 40 turbinas esta inversión es de $17.8 millones de USD. El parque
eólico con mayor número de turbinas en México dispone aproximadamente de 120
unidades (García, 2018) y representa una inversión de $53.4 millones de USD.