Resumen:
Los sistemas eléctricos de potencia (SEP) son claves para el bienestar y el progreso de la
sociedad moderna. Éstos permiten el suministro de energía eléctrica con la calidad
adecuada para manejar motores, iluminar hogares y calles, hacer funcionar plantas de
manufacturas, negocios, así como para proporcionar potencia a los sistemas de
comunicaciones y de cómputo. El punto de inicio de los sistemas eléctricos son las plantas
generadoras que convierten energía mecánica a energía eléctrica; ésta energía es entonces
transmitida a grandes distancias hacia los grandes centros de consumo mediante sistemas de
transmisión; finalmente, es entregada a los usuarios mediante redes de distribución.
El suministro de energía en forma confiable y con calidad es fundamental; ya que cualquier
interrupción en el servicio o la entrega de energía de mala calidad causarán inconvenientes
mayores a los usuarios, podrán llevar a situaciones de riesgo y, a nivel industrial,
ocasionarán severos problemas técnicos y de producción. Invariablemente, en tales
circunstancias, la pérdida del suministro repercute en grandes pérdidas económicas.
La estabilidad del voltaje y la frecuencia representan un requisito para muchas aplicaciones
en la industria. Adicionalmente, las interrupciones prolongadas de energía ya no son la
única preocupación que tienen los procesos industriales altamente automatizados, sino que
también están requiriendo que no se presenten interrupciones momentáneas durante estos
procesos. Con la complejidad de una industria, estos requisitos están cambiando
continuamente y están volviéndose más exigentes.
Por lo tanto, uno de los criterios importantes es el diseño, operación y control de los
sistemas de suministro eléctricos en forma precisa, segura y confiable. Para lograrlo se
necesita de recursos humanos altamente capacitados en el modelado matemático y
simulación en computadora, tanto de dispositivos eléctricos como de grandes redes
eléctricas.