Resumen:
Cuando se nos prescriben gafas correctivas para ayudar a mejorar nuestra visión,
normalmente las ópticas nos dicen qué graduación vamos a necesitar, y envían nuestro
pedido a los laboratorios para empezar con el procedimiento de hacer las lentes. Una vez
que nuestras lentes están listas el optometrista nos las da, asegurándonos que es la
graduación correcta. Las ópticas tienen equipo para poder medir la potencia de las lentes de nuestras gafas, en caso de requerir un par extra o si es que ya contábamos con unas y acudimos a otra óptica, ésta debe de poder examinarlas en caso de que nos olvidemos de la graduación que tenemos. Sin embargo los equipos precisos de medición de potencias son muy caros y, aveces, considerados un lujo. El instrumento más frecuente con el que se cuenta en las ópticas para medir lentes es el lensómetro, que a pesar de ser un poco viejo, sigue siendo muy confiable para la medición y es de fácil acceso.