Resumen:
La energía es una de las problemáticas que definirán el destino de México y el mundo en el siglo que comienza. Lo que hagamos o dejemos de hacer a partir de ahora determinará nuestra capacidad para satisfacer los requerimientos energéticos del país, en el futuro.
A medida que crece la población y las economías, millones de personas en todo el mundo disfrutan de los beneficios de un estilo de vida que requiere cantidades de energía. De acuerdo con el departamento de Sistema de Información Energética con información de SENER el consumo nacional de energía es de 9,140.194 petajoules. [1]
México aumento su demanda en un 10% [2] con respecto a años anteriores, por ende es urgente una utilización más racional de la energía y sustitución de los combustibles fósiles por otros tipos de energía más holísticas, esto en el aspecto ambiental.
Ante esta situación energética mundial y nacional, México requiere un cambio de paradigma energético. Es inevitable preguntarse ¿Con cuáles fuentes energéticas se pueden enfrentar el agotamiento de los yacimientos de combustibles fósiles que permitan la conservación del medio ambiente para un desarrollo sustentable?
Volvemos a preguntarnos ¿Existen las fuentes energéticas que puedan satisfacer esta necesidad? Si, una de ellas es la energía eólica, donde en el 2016 México genero 3,527 Mega Watts en sus 42 parques eólicos con una cantidad de 1,935 aerogeneradores de eje horizontal. [3]
La generación de electricidad como una aplicación de la energía eólica de eje horizontal resulta como una de las más complejas, además de requerir alta tecnología, requiere invertir tiempo y dinero en el diseño, construcción, operación y mantenimiento de los sistemas conversores de energía eólica.
Sin embargo existen aerogeneradores de eje vertical, que no necesitan orientación de viento que provoca, además se pueden buscar varias alternativas que ayuden a la reducción de costos, complejidad obteniendo el mismo o hasta un mejor resultado.