Resumen:
Por su ubicación, los problemas de corrosión de las superficies metálicas de los ductos se clasifican en dos tipos: corrosión externa e interna. El primero se relaciona con el deterioro del exterior del ducto que incluyen las diferentes calidades de los recubrimientos que comúnmente utilizan como protección (barrera física). En campo, el problema de la corrosión externa de los ductos se debe principalmente, a la exposición atmosférica (ductos superficiales o aéreos), y la presencia de diferentes tipos de suelo en ductos enterrados. En este caso, los niveles de protección se modifican significativamente con la variación de las condiciones ambientales (precipitaciones pluviales, huracanes, movimientos telúricos) y cambios de estación [1].