Resumen:
Las plantas requieren de nutrientes para su crecimiento y desarrollo, siendo el
nitrógeno uno de los más importantes, al igual que el potasio y el fosforo (Huda,
2007). En los sistemas agrícolas el nitrógeno es suplementado en forma de
fertilizantes nitrogenados, tales como la urea o sales de nitrato, pero
desafortunadamente, esta práctica agrícola tiene sus desventajas y
lamentablemente efectos adversos al medio ambiente, ya que la aplicación
constante de químicos al suelo, ocasiona que estos presenten alteraciones
fisicoquímicas importantes, que finalmente provocan que los suelos pierdan su
fertilidad y se convierten en suelos erosionados, es decir suelos que han perdido
sus nutrientes (Räsänen, 2002). Por este motivo, actualmente, en muchas partes del
mundo, se está empleando la biofertilización, como una alternativa eficaz, de bajo
costo y que no ocasiona daños a los ecosistemas (Brockwell et al., 1995).