Resumen:
Los granos de maíz común son fuente alimenticia para humanos y animales domésticos, y contienen
en su mayor parte hidratos de carbono, y en menor proporción, proteínas, aceite comestible y un
mínimo de fibra (Paliwal et al., 2001).
Comparado con otros cereales, el grano de maíz es una fuente importante de energía pero menor
como fuente de proteína, tanto en proporción como en calidad, dada las carencias en aminoácidos
esenciales; el porcentaje de lisina en grano es menor a 0.29, y el triptófano no rebasa el 0.07 (Dale,
1997; Araba, 1998, citado en Feed and Grain, 1998).
Desde la mejora genética del maíz, se han desarrollado híbridos y variedades especializadas tanto
para calidad proteica (ricos en lisina y triptófano) como para alto contenido de aceite, las cuales
están en proceso de adopción por los agricultores y usuarios; en México, los maíces de alta calidad
proteica se han venido promoviendo durante los últimos años con éxito limitado todavía; los maíces
de alto contenido en aceite no ingresan al mercado nacional de semillas por su origen transgénico,
así como las variantes en el manejo especializado para su producción. (Rodríguez, 1981).