Resumen:
La extracción del aceite de las semillas oleaginosas es un paso clave para su comercialización. En la actualidad existen las métodos de extracción de aceite mediante solventes y por prensado lo cual afecta directamente la cantidad y la calidad del aceite obtenido (Sant’Anna et al., 2003) y la calidad de la harina residual (Taha y Hassanein, 2007), pero aun con estos inconvenientes siguen siendo los más utilizados en la industria (Guerra y Zúñiga, 2003; Sant’Anna et al., 2003; Taha y Hassanein, 2007; De Moura et al., 2008; Latif y Anwar, 2008), el problema no sólo se resume en las características del aceite, sino en el daño que los solventes causan al medio ambiente (Taha y Hassanein, 2007), y los problemas de seguridad industrial por el uso de solventes (Latif y Anwar, 2008).
El hexano en la mayoría de los casos ha sido el solvente con mayor uso en la industria de extracción del aceite de semillas oleaginosas, sin embargo debido a las cuestiones ambientales de seguridad y salud se han buscado nuevas alternativas ecológicas de extracción (Latif y Anwar, 2008), que no pongan en peligro la integridad humana, que no contaminen al ambiente y que además tengan mejor rendimiento en la extracción de aceite, además de no afectar la calidad de este.
Existe una nueva tendencia para evitar el uso de solventes tóxicos que ha renovado el interés en procesos de extracción alternativos (Taha y Hassanein, 2007; De Moura et al., 2008; Latif y Anwar, 2008) como la extracción con fluidos supercritico y el uso del agua como agente económico de extracción de aceite (Johnson y Lucas, 1983). La extracción acuosa del aceite ha emergido como una técnica competente para la extracción de aceite de ciertos materiales oleaginosos (Shi et al., 1998).