Resumen:
Tras la evolución de la agricultura durante las últimas cinco décadas, y la
generación de conocimientos sobre distintas formas de cultivo, se puede esbozar dos
posiciones extremas; una donde la producción agrícola está fundamentada en la
preparación física del terreno hasta dejarlo finamente pulverizado, en el cual el manejo del
cultivo se basa en aplicaciones de fertilizantes y pesticidas químicos (Temple, Soasco,
Friedman, 1994), y la otra donde se cultiva sin necesidad de alterar el suelo y
prácticamente sin efectuar aplicaciones de agroquímicos, permitiendo que las plantas
crezcan con la mínima intervención humana (Furuoka, 1978).
En medio de estas posiciones extremas es posible diferenciar una gran cantidad
de sistemas alternativos de producción agrícola, que combinan diferentes niveles de
preparación física del terreno y aplicación de agroquímicos. Los productos agroquímicos
son sustancias que deben ser manejadas responsablemente. Ello implica la obediencia
irrestricta por parte del trabajador en relación a seguir pautas establecidas en leyes,
normas y técnicas durante toda la gestión de manejo que se realiza con los productos,
involucrando transporte, almacenamiento, aplicación, disposición de envases vacíos, de
residuos no usados y productos vencidos, así como el uso de elementos de protección
personal. De esta forma se asegura la salud del trabajador, la salud del consumidor y el
equilibrio del medio ambiente.