Resumen:
Los probióticos son microorganismos no patógenos que cuando se ingieren en cantidades adecuadas ejercen un efecto positivo en la salud de su anfitrión (FAO/OMS, 2006). Dichos efectos benéficos incluyen resistencia a patógenos, mejora del metabolismo de lactosa, aumento de la respuesta inmune, reducción de los niveles de colesterol y presión arterial, disminución al riesgo de cáncer, entre otros (Anal y Singh, 2007). Para que un microorganismo sea considerado como probiótico debe de poseer ciertas características tales como no ser patógeno ni tóxico, presentar estabilidad al contacto con bilis y ácidos gástricos, poseer la capacidad de adherirse y colonizar la mucosa intestinal (Shah y Ravula, 2000).