Resumen:
En las últimas décadas a nivel mundial la degradación de los suelos ha
ido en aumento y México, según SEMARNAT, no es la excepción ya
que se han degradado más de 61 millones de hectáreas. Siendo el
principal problema la erosión hídrica, eólica, o bien, la salinización, entre
otros (INEGI y SEMARNAT, 1997).
El mayor impacto de los cambios provocados por la erosión se da en el
sector agrícola al bajar la productividad y fertilidad del suelo. Siendo la
labranza la principal razón de dicha degradación, ya que genera una
rápida desintegración de la materia orgánica y una pobre fertilización,
dando como resultado una baja productividad.
Por lo anterior, se ha buscado establecer un sistema de prácticas
agrícolas diferentes para promover una producción sustentable y rentable,
siendo una opción la agricultura de conservación, con la cual se pretende
disminuir el daño en el medio ambiente, además de reducir costos de
producción y mejorar la fertilidad del suelo (Osorio, 2011).