Resumen:
El chile es uno de los cultivos originarios de México y de los más importantes a nivel
mundial. Sus distintas variedades se adaptan a diversos climas y tipos de suelo, lo
que ha contribuido a su exitosa y amplia distribución geográfica. Los usos múltiples
del chile y sus derivados datan desde la época prehispánica y van más allá de
conformar un extraordinario condimento. Hoy, su producción y cultivo en México
siguen siendo relevantes, aunque por factores biológicos y técnicos, el país se ha
visto en desventaja principalmente frente a los productores asiáticos (Aguirre y
Muñoz, 2015).
El interés por los factores (físicos, morfológicos, fisiológicos y moleculares)
afectados durante la germinación de las semillas aumenta junto con el número de
investigaciones en este campo (Powell, 2010). La mayoría de éstas se enfoca al
incremento, la uniformidad de la germinación y la emergencia de la plántula.