Resumen:
En un ámbito competitivo caracterizado por la globalización, la posición mundial que México ha logrado, sólo se podrá mantener, superar y consolidar dando una respuesta cualitativamente superior, respecto a la de países competidores.
La competitividad del turismo implica calidad de los productos y servicios bajo criterios de sustentabilidad y productividad empresarial, a fin de estar en posibilidad de generar ingresos superiores al promedio de los competidores y crear bienestar entre la población.
Es por ello que el sector turístico mexicano tiene que desarrollar una posición de liderazgo basada en la competitividad y modernización de sus empresas, que le permita responder a las nuevas tendencias de la demanda, adaptarse a sus transformaciones y mayores exigencias de calidad y manifestando un profundo respeto al medio ambiente.